
He ganado la medalla a la "Ilusa del año". Sí.. Ilusa por creer que poco a poco las cosas se iban a ir relajando, que las opiniones no pedidas iban a ir cesando progresivamente y que todo se volvería más armonioso a mi alrededor. Y no.
Pero para eso estamos aquí.
Desde que me quedé embarazada activé el modo "Grinch" al máximo. Me conozco, y por ello fui avisando de todo lo que no quería que sucediese, lo que me molestaba, y en definitiva intentando dejar claro a todo el mundo de la manera más correcta posible que si no he pedido una opinión es porque no me interesa. Pero parece ser que tengo que mejorar.
Y es que la sociedad en general sigue empeñada en creerse en el derecho de opinar, juzgar y dar consejos de crianza a los demás, como si se encontrasen en posesión de la verdad absoluta.
La situación es la siguiente: Bebé de 6 meses y medio, con lactancia materna exclusiva a demanda que ya devora come otras cosas y su cuidador principal es mamá. Por lo general, cuando quiere dormir, comer, se encuentra mal, se asusta o simplemente le apetece, pide teta. Además, a estas alturas, él se vale por sí sólo para llegar a ella sin ayuda si se encuentra en mis brazos por lo que casi se sirve él mismo.
Diagnóstico: Le estoy malcriando, así lo único que voy a conseguir es que sea totalmente dependiente y que tenga mamitis. No va a ser capaz de estar con otras personas y yo no voy a poder nunca hacer nada porque siempre estoy con él.
Resulta, que el responder a la llamada de mi bebé rápidamente, el no dejarle en la cuna sino que duerma conmigo, el portearle a diario y prácticamente de manera exclusiva desde que nació, y el ofrecerle el calor del pecho (que no sólo es alimento) me convierte en una "Ñoña", en una mala madre, en una "hippie extremista" y varios calificativos más.
Y mi cachorro, por tanto, es un consentido, un llorón, un dependiente, un apegado, un manipulador e infinidad de etiquetas que ningún bebé debería tener.
No puedo explicar cuánto me ha cambiado la maternidad, sobretodo en la manera de pensar. Hace meses era incapaz de plantearme renunciar a trabajar por dedicarme casi en exclusividad a mi pequeño, y a día de hoy, simplemente saber que 2 días a la semana tengo irme unas 3 horas se me hace un mundo.
Mucha gente ya me pregunta "¿Y has vuelto a trabajar? ¿No vas a hacerlo? ¿Pero no vas a llevarle a la guardería?" y algunos se permiten añadir la coletilla de "Pues todos el mundo lo hace, no vas a ser mejor madre por ello".
Correcto.
No soy mejor madre por ello, pero si soy más feliz así y creo que mi bebé también. Por ello en la medida de lo posible trato de hacer mi vida lo más acorde posible a mi manera de pensar. Y no me creo mejor por ello, ni considero a las demás madres peores.
Ninguna persona puede ni debe juzgar tu maternidad/paternidad, ya sean o no padres. Nadie debería creerse superior al instinto y sobretodo, nadie debe sentirse peor madre/padre por unas opiniones no pedidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario