miércoles, 30 de diciembre de 2015

Un brindis por el percentil 3!

La muñequita no-rechoncha de mi cachorro.
Hoy puede que escriba muy grinch, pero creo que es necesario. Igual la mayoría de las personas no sabe de la existencia de la palabra percentil hasta que tiene un hijo, y en algunos de los casos, esa dichosa palabra hasta ahora desconocida se convierte en una pesadilla sobretodo cada vez que acudimos a las revisiones con su pediatra o enfermera. 

¿Qué es un percentil? Pues desde el punto de vista pediátrico, podría decirse que es una forma de asustar, presionar y aburrir a los padres, pero para ser correctos, la realidad es que se trata de una medida estadística para calcular en qué punto se encuentra un niño (en peso, altura, y perímetro cefálico) en comparación a los demás niños de su edad, raza y sexo.

Básicamente  es ordenar las medidas de mayor a menor de 100 niños. El niño más alto sería el percentil 100, y el más bajo el 1. Cuando acudimos a las revisiones, siempre te dicen:

- Pues de peso está en el percentil 25 y de altura en el 50 (Por ejemplo).

Eso quiere decir que si pusiésemos en fila a todos esos niños, en cuanto al peso, habría 24 niños por debajo (con menos peso) y a 75 por encima. Y en cuanto a la altura, pues estaría justo en la mitad.

¿Problemas? Pues que parece que si no estamos en un percentil de 50 para arriba los niños están mal, y no es así. Estamos acostumbrados a ver niños rollizos, con mofletones y michelines desde las muñecas hasta los tobillos, y cuando vemos a uno que no se le marcan tanto, pues ya es raro no escuchar la frase de "Uy, pero está muy delgado, a este niño le hace falta suplementar con biberón".

Como madre  hasta las narices de tanta tontería y enfermera de pediatría hago un llamamiento para dejar de asustar a tantos pades! Llevo años viendo en la consulta a niños que pesan más y a niños que pesan menos, algunos en el percentil 3 y otros en el 97, y los sigues viendo durante años cómo crecen sanos y fuertes, sin ningún problema en su curvita del 3 o la que le toque, a veces no llegan ni a la curva. Y no pasa nada.

Y es que para que haya un niño 97, tendrá que haber 96 por debajo suya, no? Y no significa que estén peor ni mejor, en cada caso afecta la genética, el metabolismo de cada niño y muchas cosas más.

A ver, bien es cierto que los percentiles cumplen una función y nos sirven de ayuda en algunos casos donde realmente sí hay un problema de crecimiento o peso. Pero como toda herramienta, mal usada, puede hacer mucho daño.

Mi hijo nació en un percentil 50 de peso pero desde la siguiente revisión bajó a un percentil 3, y desde entonces se mantiene ahí (de hecho, ni llega, está en un 2,3) y para rematar la faena, de altura se encuentra en el 75, lo que le hace ser un bebé alto y delgado, que no tiene por qué ser un palillo.

Le hemos controlado, pesándole regularmente y viendo que su ganancia es normal (tirando a alta incluso) y él está sano, fuerte, muy activo y atento a todo, de hecho demasiado avanzado para su edad. Y pese a todo esto, seguimos lidiando a diario con personas que opinan que necesita un biberón porque "mi leche no es buena".

Afortunadamente, después del primer mes y medio, en la consulta no le han dado mayor importancia, ya que como digo, va subiendo progresivamente pero yo imagino a madres, sobretodo primerizas, que no conozcan realmente cómo funciona, y que les alarmen de esta manera, y hablo principalmente de gente que ni siquiera es personal sanitario, como me ha pasado a mí. 

Volvemos a lo mismo de siempre: Opinólogos. Padres, abuelos, vecinos o quien sea, que cree oportuno soltar su opinión no pedida y preocupar sin necesidad a unos padres que, bajo la presión añadida a las primeras semanas de vida del bebé, decidan empezar a dar ese biberoncito, y poco a poco lo que empieza siendo un suplemento puede llegar a ser un abandono de lactancia.

Por eso, brindo por esos niños del percentil 3 (o menos!), que son igual de campeones que los del 97. Y brindo por todos aquellos padres que día a día tienen que seguir aguantando las opiniones impertinentes de la gente, que de verdad, yo pensaba que había hecho un ejercicio tremendo de paciencia durante los 9 meses de embarazo.. pero no, esto si que no está pagado! 

Primera vez en el cine!

La calidad es malisima, pero sin flash poco se podía hacer.
Si nos descuidamos, a la próxima nos quita las palomitas!
Como comenté el último día, íbamos a ir a la sesión teta y.. Aquí la experiencia!!

Fuimos el lunes pasado a la sesión de las 17h en los cines La Vaguada, generalmente la sesión es a las 16.30, pero en la página de Facebook comunican cualquier cambio con muchísima antelación para que puedas planificarlo todo.

La verdad es que ese día, el cachorrillo estaba bastante activo y no las tenía yo todas conmigo, pero pasados los primeros 5 minutos en los que miraba a todas partes sin perder detalle, y tras varios intentos fallidos de quitarnos las palomitas, al apagarse la luz, fue directo a la teta y de ahí no se separó prácticamente en toda la película.

La sala en la que estuvimos era pequeñita, con un pasillo a cada lado de los asientos ideal para pasear con el bebé. No hacía ni frío ni calor, nosotros estábamos en manga corta y tan agustito! (Yo soy de las que hasta en verano se lleva chaqueta al cine, porque siempre paso frío). La película estaba bajita, y sin altibajos de sonido por lo que no hubo problemas de despertares bruscos. Y cuando nos marchábamos me dí cuenta de que había un baño al que se podía acceder directamente desde la sala!

No sé exactamente cuántas personas fuimos a la sesión, pero aproximadamente había unos 9 o 10 bebés y en ningún momento hubo ninguna crisis de rabietas que hiciesen a ningún padre salir unos minutos de la sala. Sí que hubo algún llanto, obviamente pero se solucionó rápidamente paseando por la sala. Mi bebé incluido lloriqueó un minuto antes de empezar la película y en cuanto su papi le paseó tres metros se solucionó. Algunos sí que tuvieron que estar un ratito de la película en pie, pero como el pasillo es en el lateral no hay problemas de visibilidad.

Vamos, que nosotros probablemente repitamos pronto, porque por un precio bastante reducido en comparación con el coste de una entrada normal en la mayoría de los cines, pasas una tarde agradable, sales, te distraes (Que buena falta hace!!) y los cachorrines ni se enteran! Y además ahora, que en invierno, tenemos todavía un poco más reducidas las opciones de salir por el frío, la lluvia, etc.

De nuevo, muchísimas gracias por la iniciativa! Y ojalá que muchos más cines se sumen, sobretodo en las comunidades donde no tienen ninguna opción!





jueves, 17 de diciembre de 2015

Sesión teta: Al cine con tu bebé

En la recta final de mi embarazo, fui varias veces al cine, y recuerdo que en cada una de estas ocasiones decía: "Puede que sea la última vez que vaya al cine antes de dar a luz" (Y también en mucho tiempo más, pensaba).

Y es que, la verdad es que tras el nacimiento las salidas ociosas se reducen bastante, y a veces incluso  a salir sólo por obligación a las visitas familiares rutinarias. En muchos sitios leo consejos, o incluso personas que me dicen "Mamás, os tenéis que dar un respiro, dejad al bebé con un familiar unas horas y salís al cine, o a cenar.."

Llamadme antigua, pero me niego a hacerlo si no es por causa mayor. En los primeros meses, el bebé es muy demandante, y por mucho que yo pueda sacarme leche y dejarle provisto de biberón para varias horas, no me siento cómoda "encasquetando" la faena a nadie, ni aún de pago. Y, además, creo que yo misma estaría tan nerviosa que ni llegaría a distraerme ni relajarme en mi salida.

Conclusión: Que al final no salimos. Hasta ahora.

Y es que esta semana ha llegado a mis oídos una iniciativa que no entiendo cómo no ha existido antes! La sesión teta!! Ir al cine con tu bebé!

Tan sólo unos pocos cines en España cuentan con ésta sesión, pero espero que triunfe y poco a poco vayan ampliándose las opciones. Consiste en poder asistir al cine con bebés de hasta un año aproximadamente a ver una película de estreno del momento.

Las salas en la Sesión Teta están aclimatadas para que no haga demasiado frío, el sonido se ajusta para que no moleste a los bebés, y si durante la película necesitas levantarte y pasear por la sala para calmar o dormir a tu bebé puedes hacerlo. Obviamente, si en algún momento se molesta a los demás asistentes, puedes salir hasta que se calme y después volver.

Generalmente esta sesión son los lunes a las 16.30, los martes a las 11.30 y una sesión especial los domingos a las 11.30 donde suelen proyectar películas infantiles, para que si hay algún hermano un poco más mayor pueda disfrutarla.

Durante la película tienes a tu bebé en brazos como si estuvieses en tu casa. Se aconseja, de hecho, el uso de portabebés, por comodidad y para no acumular carritos en la entrada de la sala. 

Bueno, y todo ésto, encima, por unos 6€ por cabeza! Vamos, que yo me apunto este lunes por primera vez, y creo que voy a repetir muuuuuchas veces!!

Por ahora los cines que tienen esta opción son:
  • Cines La Vaguada en Madrid
  • Cines El séptimo oficio, en BurgoCentro (Las Rozas, Madrid)
  • Cines Imperial de Sabadell
  • Cines Maldá de Barcelona
  • Multicines Porta Pi Terrazas de Palma de Mallorca
Y existe una página en Facebook donde informan de las películas que van a proyectar esa semana!!

sábado, 12 de diciembre de 2015

El lado oscuro de la lactancia..

Soy 100% partidaria de la lactancia materna, creo que es lo mejor para el bebé, tiene múltiples beneficios, y por mucho que la ciencia avance, pienso que jamás conseguirán igualar ninguna fórmula que supere a la sabia naturaleza. Pero como todo, a veces es un auténtico coñazo!

Mucho se habla actualmente de la lactancia en público, de normalizarla e integrarla en la sociedad. Una sociedad que ha sido educada sobretodo en la filosofía del biberón y en sistemas antinaturales y basados en el desapego.

Creo que es algo básico y necesario, nadie debería ofenderse por ver a una mujer amamantando en público, pues, si se piensa bien, simplemente se trata de un bebé comiendo, solo que los bebes comen de una teta. Pero nadie se escandaliza si ve a un gatito, un ternero, una oveja o cualquier otro mamífero mamando. Bien es cierto que no se ve a diario en situaciones cotidianas, pero ante tal imagen, mostramos, por lo general, ternura, no desaprobación.

Como digo, defiendo totalmente la lactancia en público, es más, me parece absurdo tener que plantearse el hecho de si defiendes o no, no debería tener que haber un debate en estas cosas, es algo natural y punto. Pero ante tantas noticias o anécdotas que llegan a mis oídos, me indigno.

Hoy, no lo habíamos planeado, pero hemos acabado comiendo fuera de casa, y durante la comida, en varias ocasiones mi bebé me ha pedido pecho. Soy consciente de que las personas con las que estábamos se sentían violentas ante esa situación. Es posible que alguna persona desconocida que haya estado en el restaurante lo desaprobase también, pero no puedo asegurarlo ya que me encontraba bastante ocupada (y agobiada) tratando de dar el pecho a mi bebé sin que a mí se me viese nada, de un modo en el que mi cachorro estuviese cómodo y relativamente tranquilo y a la vez, tratando de poder comer yo.

Yo entiendo que pueda ser un fastidio que decidas salir a comer para relajarte, y justo, tu comida sea "amenizada" por el llanto de un bebé, que cuanto menos, es tranquilizador. Pero hay que ver  las cosas desde el otro lado. 

No digo que sea blanco o negro, como dije hace tiempo, esto es puramente subjetivo, pero por si sirve, diré que no todas las que amamantamos en público estamos a gusto. Yo soy la primera que se siente violenta y reza por no tener que verse en situaciones así. Pero si hay algo seguro en la maternidad es que no puedes planificar todo, y la lactancia menos. 

Y es que, de todo hay en este mundo, y si hay quien se molesta por ver a un bebé lactando en público, hay quien se enternece también, y me he visto en situaciones en las que conocidos o no, se acercan, miran, sonríen, a veces te comentan algo a ti o al bebé..

Y ahí estás tú, cada día, en mitad del Mercadona, de la calle o simplemente en una habitación a parte en una comida familiar, tapada como buenamente puedes, haciendo como si nada, como si llevases toda la vida sacándote una teta y para ti fuese lo más normal estar al fin y al cabo despechugada a 3ºC.

Puede que todo esto suene ambiguo, que esté reclamando el derecho a que podamos hacer ésto en público, pero a la vez no quiera hacerlo, y es cierto. Tan sólo quería explicar, que una vez más, me he comido mis palabras, cuando decía hace meses que yo no iba a dar el pecho delante de nadie. Y siempre que puedo lo evito o al menos pongo todos los medios para ser lo más discreta posible sin descubrirme apenas, tapándome, o haciéndolo en otra habitación.

Pero no siempre es posible, y si he de anteponer algo, lógicamente será cubrir las necesidades de mi bebé antes que mi pudor. 

Así que, desde aquí, puedo declarar que no todas las madres que amamantamos en público lo hacemos gustosas y tranquilas, ni mucho menos con un afán de exhibicionismo (Que esto lo he oído yo in person!!) lo hacemos porque simplemente nuestros bebés comen, y comen de una teta.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Un año juntos

Ecografía de 4+4 (4 semanas y 4 días)
Pocas cosas me han podido cambiar tanto la vida como esto. Recuerdo perfectamente los nervios de hace un año. La ilusión, y el miedo a la vez.


Recuerdo esa vocecita en mi interior que me decía que estabas ahí. Pero también recuerdo otra que me decía "No te ilusiones". 

El caso, es que pese a que decidimos esperar unos días para comprobarlo, por prudencia, porque en estas cosas ¿Quién sabe? los nervios pueden jugar una mala pasada y crear retrasos inesperados. Pese a eso, yo no pude contenerme y al salir de trabajar me pasé por la farmacia, y corrí a casa.

Los dos minutos más largos de mi vida. De verdad. Ni siquiera en el parto se me pasaban los segundos tan despacio. No había nada que pudiese distraerme en esos minutos, nada salvo mirar fijamente aquel palito.

Y de pronto, ahí estaba, en forma de rayita, una timida rayita rosa que me dibujó una sonrisa que aún no he podido borrar. Y luego vino el tembleque, ese pulso descontrolado por la adrenalina disparada, y de ahí corriendo a decírselo a papá, que estaba durmiendo, y creo que tuvo el despertar más extraño de su vida.

Pasado el momento del descubrimiento, la verdad es que poco recuerdo claramente de aquel día, salvo que empecé a leer y a buscar todo lo que pude sobre parto, embarazo y a pensar en cómo decírselo a cada persona y que me sentía como si llevase un letrero de luces de neón en la frente!

Y un año y una semana después de aquel precioso día, no puedo ser más feliz. Con mi rayita, que me dibuja sonrisas día a día, pero ninguna tan preciosa como la suya.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

La importancia de los grupos de apoyo

Las madres estamos hechas de otra pasta, o eso se dice, una pasta de 50% amor y 50% paciencia. Pero no, no es así, también tenemos nuestro límite. El mío lo sobrepasé hace un mes, y espero no volver a vivirlo.

Mi cachorro tenía 2 meses y medio, y seguíamos peleando por la lactancia materna exclusiva, por aquello de que como tenía poca ganancia, en el pediatra, que nos veían cada 6 días, nos decían que estábamos en el límite. Así que como una loca, desde que tenía una semana de vida, yo me pasaba el día con el sacaleches en un pecho y al bebé en el otro. Durante hora y media, cada 3 horas como mucho. (No se puede decir que no fuese constante!!).

Me dolía el pecho, muchísimo, usaba el sacaleches eléctrico, el manual, me lo sacaba yo con mis propias manos (estimulas y drenas mejor) y me emocionaba cuando conseguía sacar "mucho" y me desesperaba cuando sacaba "poco".

Agotador. Poco a poco vas haciendo una bola, cada vez el cansancio es mayor, los quehaceres se acumulan y lo peor, las presiones sociales son cada vez más constantes, así que por muy tozuda que sea una, llega un punto en el que explotas.

Por motivos laborales de mi pareja, esa semana me encontraba sola prácticamente unas 23 horas y media. Y esa media hora que podía tener, la usaba en darme una ducha corriendo, y hacer todo lo que pudiese aprovechando que disponía de 2 manos y no una como el resto del día, y si aún me quedaba algún minuto libre de esos 30, pues me sentaba con el sacaleches!

Después del tercer o cuarto día consecutivo así, cerca de las cinco de la tarde, aún sin desayunar incluso, con el cachorro berreándome en la oreja, yo intentando que se enganchase al pecho sin éxito rompí a llorar, y no paré durante casi toda la tarde.

La desesperación era mayor cuando veía que en el sacaleches no caía ni una sola gota. Como llevaba semanas congelando leche, durante esa noche utilicé 3, pero ni con esas era capaz de que el terremoto se calmase hasta bien entrada la madrugada, cuando ya por cansancio caímos los dos.

El día siguiente comenzó con un nuevo grito en mi oreja, no habían pasado ni 5 horas. Y me negué. No pensaba volver a tener un día como el de ayer, no quería resignarme a llorar ni a ver llorar a mi bebé durante horas, ni perder las paciencia de nuevo.

Recordé que justo los jueves, en mi centro de salud, había un taller de lactancia, al que había ido cuando Cachorrito tenía 2 semanas. Y me empeñé en ir, aunque tenía mis dudas de si iba a tener que volverme a casa cuando no dejase de llorar el peque. ¿Y qué pasó? Que en cuanto cerré la puerta de casa, el gordote cerró la boquita y se durmió casi 3 horas.

Claro, llegas al grupo, y piensas "Ahora cómo digo yo que éste no duerme y que yo estoy desesperada, cuando ahora mismo podría haber un tornado y ni se inmutaría". Pero afortunadamente, en estos espacios no tienes que explicar nada. Te entienden.

Y es que, cuando hablas con otras amigas, vecinas o parientes que son madres, puedes llegar a sentirte incomprendida, un bicho raro. Algunas pueden decirte que "Eso no es nada, lo mio era mucho peor", otras pueden tacharte de exagerada y hay quien no te dicen nada porque ya ni se acuerdan, y es que al final todas estas cosas se olvidan (Si se puede olvidar el dolor del parto, ¿Cómo no vamos a olvidar estas cosas!?)

El caso, es que, aunque de primeras habrá a quien le suene raro, el reunirte con padres tan recientes como tú, contar tus experiencias, preguntar dudas o responder a las que alguien tenga, ayuda. No te sientes tan rara cuando explicas que hay días que te das cuenta a las seis de la tarde de que no has comido, o te desahogas contando todas las presiones externas que tienes.

Yo lo recomiendo totalmente, sobretodo en casos como en el mío, donde no tengo a ninguna mami reciente entre mis familiares o amigas.

El día después de aquel taller, acudí a uno que hace otra organización por mi zona una vez al mes. La semana pasada fui de nuevo, y esta vez sin problemas, contenta, con mi lactancia establecida, sin dudas, con ganas de ver cómo habían evolucionado éstos bebes en éste tiempo. La verdad es que repetimos sólo 2 personas de las que habíamos acudido a la anterior reunión, pero hubo muchísimas caras nuevas, padres con bebés de apenas 15 días y otros de un mes. Con sus dudas, con su cansancio y sus ganas de desahogo. Madres que decían "Hace días que no duerme nada, y ahora lleva 2 horas que no hay quien la despierte aquí".

Y casi casi piensas "Ufff! Menos mal que a mí no me ha pasado eso" Pero sólo casi.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Nunca digas nunca.. (Parte III) Conciliación laboral

Parece que fuese ayer cuando pensaba en mi futuro parto, en mi maternidad y en todas las cosas que iba a hacer durante ésta. Pensaba ponerme al día con todas esas cosas que siempre piensas hacer pero que nunca haces, darle un cambio a la casa, estudiar, leer, ponerme al día con series.. En fin, otra vida. 

Y tan desencaminada no iba. He llevado otra vida, una vida maravillosa: la de mi hijo. Me he dedicado en cuerpo, alma y paciencia a él (básicamente como todas las madres, tampoco he hecho nada especial) Pero ahora no estoy preparada para dejarla. Y él tampoco.

No es suficiente tiempo, apenas consigo que mi cachorro aguante una hora desde que suelta el pecho hasta que vuelve a cogerlo  ¿Y yo tengo que volver a trabajar y separarme 8 horas al día de él? No. 

Temo demasiado el momento, me agobio, y hasta lloro de pensarlo. Vaya mierda de respaldo tenemos!!! 

No quiero volver a trabajar y dejar a mi bebé en una guardería, ni con un familiar, ni amiga, ni canguro ni nada. En estos 3 meses y poco me he separado tan sólo 2 veces de él, y se ha quedado con su padre.

La primera vez, no llegó a una hora, básicamente fui a hacer la compra. La segunda, he de reconocer que lo cronometré: 2 horas y 10 minutos. Con un mega biberón de mi leche preparado para la ocasión, y pese a ello, por lo visto, hubo varios momentos de crisis.

Llegados a este punto, pienso en que lo mejor que puedo hacer es no trabajar por ahora, hasta que la situación me lo permita. apretarse el cinturón y al menos conseguir llegar a los 6 o 7 meses del bebé. Porque esa es otra!

Si hasta los 6 meses la lactancia es exclusiva, ¿Por qué tenemos tan sólo 16 semanas de descanso por maternidad? quien puede, suma las horas de lactancia y consigues ampliar unas 4 semanas más. Pero de cualquier modo, no es suficiente. 

Existe la posibilidad de no acumular las horas de lactancia, y disponer de una diaria durante tu jornada laboral para amamantar a tu pequeño hasta que tenga los 9 meses. Lo cual, y sin basarme en ningunas estadísticas probadas, es otra auténtica basura ya que la probabilidad de cuadrar esa hora es en la mayoría de los casos algo casi imposible.

Así que en esas estamos. En la tesitura de tener que elegir entre ver a nuestro hijo crecer, o hacer un esfuerzo y que no trabaje. Pero no todo el mundo puede permitírselo. Es mas, hay quienes ni siquiera pueden disfrutar de esas escasas semanas de permiso y deben incorporarse antes, me imagino, que con todo el dolor de su corazón.

Llevo varios años siendo económicamente independiente, asumiendo mis gastos y pese a que antes cobraba más de lo que necesitaba gastar nunca he pecado con grandes derroches, más bien al contrario. Pero todo cambia y las necesidades ya no son las mismas, por lo que de nuevo, nos sumimos en otro cambio más dentro de esta etapa. Con un poco de miedo, sí, pero contentos. Todo tiene su recompensa. La mía: bebé 24 horas!

viernes, 27 de noviembre de 2015

Nunca digas nunca ( Parte II)

Colechando con mi bebé (1m 9d)
Lo que yo quería contar ayer y me fui por las ramas, es que al igual que el sexo, los nombres o los futuros juegos, también idealizamos e imaginamos muchas cosas referentes a nuestra paternidad. Y todo lo que en su momento te parecía lógico y normal, llegados a este punto es que ni contemplas esa opción.

Durante esos meses, a veces antes, lees, te informas, buscas, investigas.. Crees tener "el método perfecto" y lo hablas con tu pareja. Acuerdas cómo será la educación, si irá a la guardería, si tomará o no biberón, dónde dormirá.. Es más, por planificar.. planificamos hasta el parto! (Ese es otro tema..)

Y la primera en la frente. Desde el momento en que das a luz, todo sigue su cauce natural y tus acuerdos se van al traste.  Recuerdo que al comienzo del embarazo hasta pensé en llevar un régimen especial, hacer yoga y pilates e infinidad de cosas, que como idea supergenial, me sigo planteando para un futuro segundo embarazo (JA JA JA). Pero hay otras de las que sí aprendemos. Por ejemplo:

"El niño en su cuna desde el primer día, bueno, al menos después del primer mes, para no tener que recorrer el pasillo 20 veces cada noche" ¿Colecho? no voy a negarlo, a mí me sonaba a hippie y hasta me daba miedo, pensando que igual podría aplastar a mi bebé durmiendo. Y ahí estaba yo, la primera noche, en el hospital, con mi peque en la cama. Bien es cierto que esa noche no dormí, temía que se pudiese caer entre los huecos de las barandillas de la cama. Eso y que mi habitación estaba justo en el control de enfermería.

En cuanto llegamos a casa, las dos primeras noches probé a meterle en la minicuna, y cada vez que pedía pecho, que en realidad sólo era a eso de las 2 y las 6 de la mañana, lo cogía, me sentaba en la cama y ahí aguantaba como podía las 2 horas que estaba mamando, hasta que más de una vez casi me dí en la frente con el colchón.

A la tercera noche, me tumbé dándole el pecho para evitar el dolor de espalda, y de pronto, era de día. MAGIA!!

Así que, aquí estoy, con una minicuna que sólo he usado para romperme dos dedos del pie al caminar a oscuras, y lo mejor, con una maxicuna en otra habitación, que nos hicieron bajo pedido durante 2 meses y vinieron a montarla cuando estaba embarazada de 5 aún.

Y no sólo por comodidad, sino porque tiene múltiples beneficios que no voy a enumerar porque me dejaría varios, pero así, de primeras que se me vengan a la cabeza, os puedo decir que toda la familia dormimos mejor, llega un punto en el que ni te enteras de cuándo se engancha el cachorro, ni cuándo se suelta (y eso es buenísimo si eres de no echarte siestas durante el día como yo).

Está comprobado que con el colecho se reduce el riesgo de muerte súbita y aumenta el lazo afectivo papás-hijo. Y los bebés lloran menos al ser atendidos casi inmediatamente.

En fin, que no intento vender nada, pero no está de más tener información y opiniones basadas en experiencias, aunque cómo no, lo mejor es poder probarlo para opinar!! 

Yo estoy encantada, y creo que vamos a seguir así por mucho tiempo, pero a saber! Igual algún día puedo contar mi experiencia con la maxicuna :P


Nunca digas nunca.. ( Parte I)

Tengo un gran defecto, y a la vez una gran virtud (más bien lo primero) y es que: Me gusta tener todo bajo control. Como idea, no está mal, y a veces resulta útil memorizar cada fecha, planificar cada cosa a la perfección o prevenir antes que tener que curar. Pero no siempre.

Desde pequeña, siempre me imaginé teniendo una hija (La verdad es que siempre me imaginaba con mellizas, pero al menos, soy realista, y sabía que las probabilidades eran mínimas). Pensaba nombres, me imaginaba haciendo cosas juntas, pintauñas, vestiditos, peinados.. Sí, una niña cursi, vaya.

La verdad es que jamás pasó por mi cabeza la idea de tener un niño. Pensaba que eso era imposible, como si simplemente bastase con desearlo. Y aquí me tenéis.

No voy a negarlo, me llevé una pequeña desilusión cuando me dijeron que era un niño. Recuerdo que hasta lloré durante un par de días. Bien es cierto, que mis imaginaciones habían cobrado fuerza durante una semana, cuando fuimos a hacer una ecografía y nos dijeron que era una niña, y 7 días más tarde, tras un buen rato mirando, justo cuando ya iba a incorporarme de la camilla para irnos nos dijeron "Uy, mira! Es un niño".

Mala madre. Lo sé. Varias personas me lo dijeron, y varias a día de hoy me recuerdan aquel día y mi pequeño disgusto. Pero esos días comprobé que mi desilusión no era tan rara y que a más de una y de dos madres les pasa.

A día de hoy, no me puedo imaginar mi vida sin mi cachorro. No se me ocurre la posibilidad de que hubiese sido una niña. No soy capaz de concebir la idea de no tenerle. Y sí, pienso lo tonta que fui esos días, pero ¿Qué queréis? Estamos llenas de hormonas, cansadas y también ilusionadas. Y que no tenemos por qué dar explicaciones de lo que nos molesta y lo que no en ese momento!!

La verdad, es que antes de sentarme hoy a escribir, tenía otra idea en mente y no era esto de lo que iba a hablar, pero ya habrá tiempo!!

martes, 24 de noviembre de 2015

"Lo estás haciendo bien"

¿Tan difícil es pronunciar estas 4 palabras? Parece que sí. Y si a la persona a las que se las vas a decir es joven, es tu hija (O familiar, el caso es que haya confianza) y primeriza: Es totalmente imposible!!
Da igual que no tengas ni puñetera idea del tema, da igual que no tengas hijos y que lo máximo que hayas criado sean raíces en un saco de patatas. El caso es opinar. Criticar.
Y es que por muy rico, sonriente, activo y estrujable que esté tu hijo, siempre podría (Debería!!) estar más gordo. Por supuesto tiene que dormir más, pero no en tus brazos ni en tu cama (Eso es una guarrada!) no, los niños de bien tienen que dormir en su cuna, y cuando pasean: en su carrito, nada de esos fulares!
Tienen que aguantar 3 horas entre toma y toma, pero si te pasas 5 minutos "Deberías despertarle, porque está tan débil que no tiene fuerzas ni para llorar y pedir". Pero ahí está, a los 5 minutos pidiendo teta y "Claro, si es que está muerto de hambre, no ves que tienes que darle biberón? Es que tu leche no es buena (Es aguachirri!!)"
Y, pues vaya, este niño sólo sabe llorar, lo estás malacostumbrando , y todo esto juega en tu contra, "no vas a poder hacer nada, todo el día con el meneíto y en brazos.. Suéltale y deja que llore para que se acostumbre" pero espera, "Pásamele, que quiero cogerle" (Solo una madre puede malacostumbrarlo, los demás brazos son chachis).
Y así, de brazos en brazos, mi cachorro, como si de una bandeja de pasteles se tratase, sonríe, pone muecas, ignora o te gorjea hasta que se cansa. Sí. Porque a esa edad se cansan rápido de todo. Y claro, llora, y tú dejas que esas personas intenten "calmarlo" pero no lo consiguen, y te lo pasan como si fuese la patata caliente a punto de explotar y... SHHH! Se calla.
"Si es que le estás consintiendo" Claro. Yo. Porque la idea de aceptar que es un ser con su propia personalidad, una personita pequeña que aún está adaptándose y aprendiendo a vivir en este mundo y que a veces, cuando se agobia, sólo necesita que su persona de confianza esté ahí, para transmitirle seguridad y amor.. No, esa idea es de locos.
Y así pasan los días.. Sobreviviendo a la familia y a las demás personas que se ven en disposición de juzgar y opinar. De aconsejar (por no decir casi "imponer") que tus 'métodos' no sirven y que no se hace así.
En el fondo, obviamente lo dicen con buena fé (imagino). Porque les importa, porque es lo que ellos han visto o han oído siempre. Algunos, te lo comentan porque es lo que hicieron ellos hace 30 o 60 años! Pero cansa igual, duele igual.
No sé en qué momento te conviertes en papá o mamá. No sabría decir si la maternidad y la crianza comienza en la concepción, en la primera ecografía, cuando notas la primera patada o justo cuando das a luz, pero en alguno de esos momentos, o quizá en cualquier otro, también nace y se gesta algo más que un bebé: Instinto.
Por ello, a todas las mamás, primerizas o no, a las jóvenes, a las que no son tan jóvenes, a las que amamantan y a las que no, a las que duermen con sus bebes y les portean, y a las que no lo hacen.. A vosotras: LO ESTÁIS HACIENDO BIEN!!
(Vosotros también papás! )

domingo, 15 de noviembre de 2015

LA MAMÁ FLOJA

Había una vez una mamá muy, muy floja.
La mamá floja era tan floja que estaba decicida: «¡Cuando nazca mi bebé, no trabajaré fuera de casa, me dedicaré a él!». ¡Pero qué floja! Redujo gastos: dejó de salir en las noches, dejó de comprar su mermelada gourmet de frambuesas silvestres, dejó de ir al cine todas las semanas y ya no ocupó la tarjeta de crédito; dejó de pedir comida a domicilio y empezó a cocinar e ir al mercado. Todo con tal de quedarse en casa, tirada en el sofá con el bebé encima. El bebé amaba eso, la tenía solo para él y se notaba el vínculo que desarrollaron los dos. Algo de «Apego», decía.
La mamá floja era tan, pero tan floja que estaba determinada: «No voy a levantarme en las madrugadas cada hora a calentar agüita para hacer la mamila». Se enteró de que la leche materna era lo único que el bebé necesitaba. Decidió dar solo pecho al niño hasta los 6 meses. ¿Pero ni una aguita? ¿La manzanilla pa’ los cólicos? ¿El anicito? No. Aún así, el bebé crecía y pesaba muy bien, ¡tenía músculos! Algo de «Lactancia Materna Exclusiva», decía.
La mamá floja era tan recontrafloja que sacaba su teta y la ofrecía cada vez que el bebé pedía. Es que de tanta flojera que tenía, no podía estar escuchando llorar al bebé de hambre y mirando al reloj cada 3 horas para darle de comer. No, no, era trabajoso, requería una logística impensable. Cada vez que el bebé lloraba, ella le ofrecía el pecho. El bebé se consolaba y se calmaba no importaba cuánto tiempo estuviera en el pecho de su madre. Algo de «Libre Demanda», decía.
Para colmo, la floja esa se echaba en la cama toda desparramada con su bebé para amamantar. ¡Así es, en la cama! No en el carísimo y bonito sillón de lactancia puesto cómodamente en la sala, frente al televisor; no en una silla especialmente diseñada para la recámara del bebé. No, no, se echaba en la cama a relajarse, dizque. Ella y el bebé relajándose. Había decidido desde el embarazo que no se pararía cada hora para ir a la recámara del bebé en la madrugada; simplemente, puso al bebé a su costado, compartiendo cama. El bebé dormía tranquilito al lado de la madre, nunca lloraba, y la mamá floja podía seguir dando teta en su cama a cada murmullo del bebito, y dormir la noche en paz, sin pararse. El bebé se sentía en el útero materno, con el calorcito de su mamá y el pecho cerca, era el paraíso dormir juntitos. Algo de «Colecho», decía.
La mamá era tan reflojaza que descubrió que no era necesario cargar aquella enorme carriola para todos sitios, armarla, desarmarla, meterla, sacarla, empujarla, guardarla. Descubrió que podía llevar al bebé dentro de un fular que no le cansara la espalda – es que era floja, pues – y, además, tranquilizaba al bebé. ¡Oh Dios! Era prácticamente la gloria. Ella podía ir a los lugares sin mucho trabajo o esfuerzo, incluso hacer sus tareas en casa (y veces hasta trabajaba desde casa con el bebé ahí dormidito… shhhhh). ¡Qué perezosa! Y mientras regresaba del mercado los sábados, le daba la teta a su bebé. Pero de tan requetefloja, ni siquiera se sentaba cómodamente en una banca a dar teta. No, no. Su bebé tomaba teta dentro de esa especie de paños enrollados a su cuerpo. El niño no lloraba, tenía poquísimo o casi ningún cólico, dormía rico, estaba más atento que los otros bebés, y la mamá estaba más feliz que nunca. Algo de «Porteo», decía.
Cuando su bebé empezó a comer, la réqueteréqueteflojisimaza, en vez de ir a licuar la comida para su bebé, solo la aplastaba con un tenedor. Lo dejaba sentir las texturas, experimentar. En vez de luchar para que no se ensuciara, pelear, estresarse, la mamá, flojita como era, lo dejaba comer solo, coger la comida con la mano y comer lo que quería, cuando quisiera. El tiro le salía por la culata, porque tenía que limpiar el suelo, después. Pero como estaba relajada de todo el día de cariños con el bebé, los pechos llenos de leche, el bebé bien alimentado, tranquilo, bien dormido y feliz, no era ningún sacrificio barrer medio metro de suelo, limpiar una boquita linda sucia de papa y brócoli mientras se ríen en el espejo del baño de alguna payasada del momento, o hasta aguantar el malhumor de su retoño a causa del nacimiento de los primeros dientes. Además, cuando el bebé se dormía a las 6:30 de la tarde, la floja podía avanzar un trabajito extra o echarse a ver una película con la pareja. No había nada más perfecto. Algo de «Baby Led Weaning», decía.
Los cercanos, familiares, amigos, e incluso el pediatra, se preocupaban por la evidente flojera de esa madre descriteriada, y cómo podría afectar al bebé en su desarrollo. Sin embargo, más felices no podían estar la mamá y su bebé: se veían activos, hacían todo juntos, se vinculaban cada día más.
¿Qué fue de la vida de la mamá floja y su bebé?
La madre floja siguió amando y criando a su hijo con amor, respeto e instinto maternal, mientras el resto seguía criticándola. Pero era tan floja que ni se molestaba en escuchar los consejos y órdenes de quienes nunca le importaron.
Ahora la madre y su bebé están decidiendo si mañana van al parque a las 4 de la tarde o si se sacan una siestita en ese horario y recorren el parque para más tarde. Porque da flojera tener que poner la diversión dentro de una rutina, ¿no?
Autora: Ivana da Silva

domingo, 1 de noviembre de 2015

martes, 27 de octubre de 2015

Yes.. we can!!

Parece que me repito, de verdad, pero es que no entiendo cómo se imagina la gente en su cabeza la idea de "Acostumbrar a un bebé a no dormirse en brazos"
Hoy ha tocado visita con el especialista, por temas que no vienen del todo al caso (poca ganancia de peso, bla bla bla, que ya comentaré si eso más adelante). El caso, es que he ido con el abuelo de mi cachorro (Véase: mi padre) para que escuchase por sus propios oídos lo que la buena pediatra me había dicho la semana pasada: que siguiese con Lactancia Materna Exclusiva y que todo iba bien. Hasta hoy.
Resulta que hoy ya no iba todo tan bien, y que en lugar de congelar la leche como estaba haciendo hasta ahora, para cuando me incorpore en breves a trabajar, pues ahora dice que se la dé a diario. Vale, hasta ahí lo puedo aceptar, al fin y al cabo, es para beneficio y engorde del enano.
Pero ante la presión abuelil, o ante yo qué sé qué, la pediatra hoy me ha dicho "Debes acostumbrarle a no estar en el pecho, que se duerma en la cuna, no tenerle encima, así no vas a producir tanta leche".
Ajá. Bien.
Por si no ha quedado claro, lo de tener a mi bebé en brazos EL TIEMPO QUE HAGA FALTA es por una necesidad suya, no mía. Quiero decir, que si le tengo en brazos es porque él lo demanda, no porque yo no esté pasando suficiente calor y quiera añadir 4,5kg en mi pecho casi 24h al día me pille donde me pille.
La pediatra, que todo sea dicho, es un encanto y dan ganas de cogerla en brazos a ella también. Lo comenta todo sonriente, y en ese momento es que hasta te sientes capaz. El bebé hace una toma perfecta delante suya, de estas de dejar mal a la madre: Agarre perfecto a la primera, succión continua, sin distracciones, y se suelta sólo y parece que satisfecho en unos 20minutos aproximadamente.
Y sales de allí pensando "Yes, we can!!!" y con tu padre comiéndote la oreja "Ves? si es que tú de pequeña eras igual, y nosotros..bla bla bla"
Llegas a casa, y aunque sólo ha pasado una hora, vuelve a querer pecho, se tira más de una hora mamando, por fín se queda dormido y en cuanto le sueltas con la sutileza ninja que te lleva la gracia más de 5 minutos, abre el ojo (sí, sólo uno) y te echa una mirada que si hablase diría algo asi como "¿A dónde te crees que vas, señorita?" y a esto le sigue el amago de un pucherito que es un imán para la teta. Lo ves y no puedes evitar acercarla de nuevo.
Y sí, se engancha, se queda dormido, y después de 5 minutos ninjas más vuelve a despertarse.
¿Agotador? sí. ¿Malcriado? Para nada. ¿Que me encantaría que pudiese estar más suelto y hacer eso de "Ponerle horarios"? Por supuesto. Mi salud mental me lo agradecería, pero es un bebé, y somos nosotros quienes nos debemos adaptar a su ritmo, y no al revés.
Y siempre se dice aquello de que "los niños y los borrachos nunca mienten", no? Pues al menos, por la parte de los niños, puedo decir que los bebés no lo hacen. Y si lloran es porque algo pasa y porque necesitan llamar la atención de la madre/padre o quien sea que les atienda para cubrir esa necesidad. Sea brazos, teta o que le pasees un rato porque se ha aburrido de mirar la misma pared.

jueves, 22 de octubre de 2015

¿Modas estúpidas? Por favor!!!

Esto es un blog basado en una opinión y experiencia personal, creado para reflejar aquí anécdotas, consejos o simplemente desahogos. No es la verdad absoluta, ni mucho menos, pero desde la más absoluta subjetividad, no puedo sino criticar artículos como este.
Sin contrastes, ni evidencias, sin rigor (y sin razón).. Cuánto daño pueden hacer opiniones y prejuicios como estos..
No, no son modas, y mucho menos estúpidas, así que, al contrario de lo que dice el artículo, lo comparto para ver lo que NO es de gran ayuda.

http://sabiasquep.com/p-las-mamas-modernas-y-sus-6-nuevas-modas-ridiculas-consejos-6047

miércoles, 21 de octubre de 2015

Se mira, pero no se toca

Falta de tiempo. Es como normalmente definiría mi estado actual, y motivo por el cual llevo casi 2 meses aplazando el sentarme a escribir.
Pero como he dicho, es como "normalmente" lo definiría. Ahora no. Ahora quizás lo llamaría "Sobrecarga de amor" o alguna ñoñada parecida. Y es que 9 semanas después de haber dado a luz, sigo totalmente enamorada de la vida. De mi vida, que no es otra que mi pequeño.
Recuerdo a finales del embarazo pensar en la cantidad de planes y cosas que quería hacer (E ilusa de mí creí realmente que haría) durante mi descanso por maternidad, que yo misma creía que hasta me iba a aburrir en este periodo puesto que los niños "duermen y comen" nada más. Y más o menos así es, lo de dormir y comer me refiero, no lo de aburrirse.
Empezando por el hecho de que las horas se pasan volando y apenas te das cuenta de ello, y de pronto te encuentras a las 2 de la mañana diciendo "¿A ver, qué me preparo para cenar?" y siguiendo por esa incapacidad de hacer nada cuando ves a tu bebé dormido y te parece que lo mejor que puedes hacer en ese momento es simplemente observarle. Porque sí, porque crecen por segundos, y porque no has visto nada tan bonito y que te llene tanto de amor que a esa personita.
Llevaba días con ganas de escribir sobre estos temas y mi idea era contar que hasta ahora, afortunadamente no había escuchado aún esa frase de "tu hijo te manipula" pero sí he tenido que oir a diario varias veces otras perlas sutiles que dan a entender lo mismo: aquello de "no le acostumbres a los brazos, porque luego no va a querer otra cosa" o eso de "Deberías enseñarle a dormir en su cuna" hasta ayer.
La frase para ser más exactos fue "Hombrecito, eres un manipulador", y para ponernos en situación, lo que sucedió fue esto:
Aprovechando que mi hijo, estaba durmiendo tranquilamente en el fular portabebé, me dediqué a ordenar y hacer algunas tareas de la casa, hasta que mi abuela se presentó en mi casa para ver al niño. Llevaba tan sólo una hora dormido, y evidentemente no iba a despertarle por mucha visita que hubiese en casa. Tras una hora más, justo cuando ya se iba a marchar ("Porque claro, si está ahí metido, no puedo cogerle, pues me voy"), rompió a llorar a gritos (malditos cólicos que nos han empezado a fastidiar desde este fin de semana): El caso es que le saco del fular, le beso, le abrazo y le acuno unos segundos. Se calma. Y claro: "Pues ya que se ha despertado, déjame que le coja, y deja de mecerle que ahora no está llorando y se va a acostumbrar".
Un minuto, es lo que tardó mi cachorrillo en volver a llorar. Y otro minuto el que le dejé a ella para intentar calmarlo. Lo meneaba, le frotaba la tripa, le decía cosas, y nada. Casi se lo arranqué de los brazos y le mecí durante 2 segundos y fue instantáneo. Dejó de llorar, entonces: Redoble de tambores!! "Hombrecito, eres un manipulador!". Intenté hacer caso omiso al comentario hasta que le siguieron más del tipo "Pues vaya plan, así no vas a hacer nada más, y vas a ver tú más adelante"..
¿Más adelante, qué? ¿Acaso hay ahora mismo algo más importante que él? ¿Algún motivo por el que deba dejarle llorar cuando puedo calmarle entre mis brazos?
Y lo más importante, ¿De verdad la gente puede creer que un bebé manipula? Son bebés! Han estado 9 meses dentro de su mamá, calentitos, escuchando su corazón, y protegidos. Ahora se encuentran en periodo de adptación a este mundo, desarrollando poco a poco sus sentidos y se dedican básicamente a sobrevivir.
Si llora, es que algo pasa, y si se calma cuando está con su mamá, perfecto! No encuentro motivos para que no deba ser así, de ahí el dicho "Mejor que en brazos", ¿No?
Y sobretodo.. si alguien piensa que no debo acostumbrarle a que esté en los brazos, ¿Por qué la insistencia de cogerle cuando vienen a verle? No, que se malacostumbra.. A partir de ahora, se mira pero no se toca ;P

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Horarios.. ¿En bebés?

Foto extraída del artículo 
He parido un bebé, no un robot. Deberíamos partir de esa base y así quizá empezaría a sonar más extraño que la gente te pregunte "¿Y está despierto a las 2 de la mañana?" TOMA!! y a las 5 otra vez, y si me apuras a veces antes!
De verdad, si alguien en su condición de adulto es totalmente estricto en sus horarios y come, mea, caga y duerme cada día exactamente a la misma hora, que venga aquí y le doy un pin y un beso en cada mejilla!
Veo demasiado estrés en el mundo, demasiado ansia por querer tener el control de todo y domesticar desde bien pequeños. En general, de desnaturalizar cada proceso de la vida.
No entiendo por qué debería hacer acostumbrar a mi hijo, que no llega al mes de vida, que debe comer cada 3 horas, no antes ni después (salvo si es de noche, que así aprovechamos y dormimos todos un poco más), que debe dormirse sólo, sin brazos que le acunen, ni voces que le canten, o incluso un pecho que le ayude a relajarse comiendo hasta que caiga rendido. Y poco a poco, un sin fín de cosas más.
Que todo es mucho más sencillo, somos nosotros quienes en nuestra obsesión por poner unas pautas y unas normas nos frustramos cuando vemos que no lo conseguimos, y es que vamos a contranatura.
Y para despedirme, comparto un artículo que me ha parecido grandioso

http://m.bebesymas.com/lactancia/cada-noche-millones-de-mujeres-duermen-con-una-teta-fuera

lunes, 14 de septiembre de 2015

Hasta el gorro!!

Amigos, familia, gente de buena fé que ni conozco y en general, todo el mundo: Me tenéis hasta el gorro!!
Sí.. que esté llena de hormonas y de amor no quiere decir que no me pase el día despotricando mentalmente y aguantando el tipo (A veces parece que no me aguanto tan bien). Hace tiempo escuché que un estudio confirmaba que la gente que no se quejaba explícitamente era más feliz, es decir, podías pensarlo, pero no manifestarlo digamos que en voz alta y estaba demostrado que quien llevaba esto a la práctica ininterrumpidamente lo conseguía. Pues bien: prefiero ser menos feliz pero que no me salga una úlcera en el estómago, de ahí el nacimiento de este blog.
Y es que después de pasar día tras día escuchando opiniones no pedidas de todo el mundo, gente que comenta que estás haciendo esto y lo otro mal, que deberías hacer tal y cual cosa, y que "lo mejor es.. bla bla bla" acabas hasta la coronilla.
Todo el embarazo ha sido un trabajo de paciencia pura, pero parece ser que lo mejor está aún por llegar. Y es que todo el mundo opina que por qué no le doy biberón, que así es mucho más fácil, que total, tampoco pasa nada, si se crían muy bien así, y yo puedo estar más liberada. Pues sí, razón no les falta: es más fácil, podría dormir más y repartir la tarea de alimentar, además, mi pequeño grinchito se quedaría tan empachado que ni se inmutaría entre toma y toma, lo que me permitiría tener tiempo para mí, para la casa y casi para estudiarme otra carrera si quiero. Pero es que no quiero.
No quiero quitarle ese regalo a mi hijo, ese amor que puede recibir de mí, esos brazos que le acunan las horas que haga falta y porque realmente la naturaleza está diseñada así para algo.. ¿No? Y digo todo esto desde el punto más sutil y correcto que existe ahora mismo dentro de mí.
Pero dejando a un lado todas estas cosas, simplemente creo que es de lógica que nadie debería meterse en la vida de otras personas tan a la ligera y opinar de todo. No creo que deba seguir a rajatabla los consejos de la matrona, ni de la pediatra, ni de las sabias y expertas abuelas, ni de nadie, sino una mezcla de los conocimientos pero dirigidos por el sentido común y el instinto que no sé de dónde ni cuándo nace exactamente pero ahí está.
Y es que digo esto porque es una práctica habitual de la humanidad en general lo de meterse donde no le llaman a uno, y hay quien puede dejarse vencer finalmente por las opiniones o los malos consejos. Yo misma, la primera semana en casa caí en el error de darle biberón a mi cachorro por la noche porque me decían que no era normal que llorase cada dos horas y pidiese el pecho tan a menudo, y que era porque no tenía leche suficiente.
Aguanté 3 días, y la experiencia fue que mi pequeño parecía drogado durante 3 o 4 horas por la noche, apenas se podía mover del empacho y vale, sí, yo dormí esas horas seguidas. Pero si de verdad hubiese continuado con esa práctica es cuando poco a poco, a base de ir reduciendo las tomas por las noches mi producción de leche iría bajando progresivamente y ahi sí que es cierto que podría llegar a no general la suficiente leche, o puede que no, pero simplemente, estaría actuando en contra de mi deseo.
Un poquito más de respeto! Que lo de morderse la lengua, de verdad que aburre a cualquiera! 
Emoticono tongue

domingo, 6 de septiembre de 2015

Soy mamá!!


Llevo días queriendo escribir, pero de verdad, no encuentro ni el tiempo ni, sobretodo las palabras para poder describir estos momentos. Lo único que puedo asegurar es que estos últimos 18 días han sido los más bonitos de mi vida, pero no serán los últimos.
Y es que, el motivo de que no encuentre el tiempo para escribir es que tengo a mi pequeña ranita enganchada casi 24 horas al pecho. A Leo, mi bebé.
Es realmente indescriptible la sensación que te invade, todo el amor que de pronto sientes hacia esa personita que ha estado dentro de ti durante tanto tiempo (Casi 10 meses!!!). Y no logro entender las palabras que he oído en boca de tantas personas, hablando del cansancio que me espera, de las largas noches sin dormir, del gran sacrificio que supone: Para nada. Es decir, sí, claro que apenas duermo y que estoy considerablemente cansada, pero la palabra sacrificio me parece tremendamente exagerada.
Hace poco leía precisamente sobre esto en un blog de maternidad, y decía algo así "Sacrificio: Sacri + oficio = Oficio sagrado". No lo considero un oficio, ni lo considero sagrado, lo considero amor, lo más bonito que puedes experimentar en la vida, al menos del que yo pueda hablar. Y creo que hablo por mí misma, y no son las famosas hormonas del parto, que a saber dónde andarán ya!
Y en caso de que me equivoque y esa sea la razón.. Por favor, hormonas, no me abandonéis nunca. Me encantáis.
Nunca había estado tan enamorada de la vida.