jueves, 10 de diciembre de 2015

Un año juntos

Ecografía de 4+4 (4 semanas y 4 días)
Pocas cosas me han podido cambiar tanto la vida como esto. Recuerdo perfectamente los nervios de hace un año. La ilusión, y el miedo a la vez.


Recuerdo esa vocecita en mi interior que me decía que estabas ahí. Pero también recuerdo otra que me decía "No te ilusiones". 

El caso, es que pese a que decidimos esperar unos días para comprobarlo, por prudencia, porque en estas cosas ¿Quién sabe? los nervios pueden jugar una mala pasada y crear retrasos inesperados. Pese a eso, yo no pude contenerme y al salir de trabajar me pasé por la farmacia, y corrí a casa.

Los dos minutos más largos de mi vida. De verdad. Ni siquiera en el parto se me pasaban los segundos tan despacio. No había nada que pudiese distraerme en esos minutos, nada salvo mirar fijamente aquel palito.

Y de pronto, ahí estaba, en forma de rayita, una timida rayita rosa que me dibujó una sonrisa que aún no he podido borrar. Y luego vino el tembleque, ese pulso descontrolado por la adrenalina disparada, y de ahí corriendo a decírselo a papá, que estaba durmiendo, y creo que tuvo el despertar más extraño de su vida.

Pasado el momento del descubrimiento, la verdad es que poco recuerdo claramente de aquel día, salvo que empecé a leer y a buscar todo lo que pude sobre parto, embarazo y a pensar en cómo decírselo a cada persona y que me sentía como si llevase un letrero de luces de neón en la frente!

Y un año y una semana después de aquel precioso día, no puedo ser más feliz. Con mi rayita, que me dibuja sonrisas día a día, pero ninguna tan preciosa como la suya.



1 comentario:

  1. Y papá desde entonces hasta ahora lo recuerda cada día aquel despertar.

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