miércoles, 23 de marzo de 2016

Las hay que no queremos "conciliar" (por ahora)

El tema de la conciliación laboral está en auge. Con la incorporación de la mujer al mundo laboral hemos dado un paso adelante en ciertas cosas, y uno para atrás en otras.

Cuando me quedé embarazada, no tenía un contrato fijo, y al estar en un puesto de trabajo de riesgo tuve que decirlo en cuanto me hice la prueba, y aunque no me lo dijeron explícitamente, un mes más tarde no me renovaron por estar embarazada. 

Dada la situación, yo pensé que ya no trabajaría, pero una semana más tarde, conseguí un contrato en otro sitio, y ahí permanecí hasta 2 meses antes de dar a luz. Prometimos, ambas partes, que cuando pasase mi tiempo de maternidad, volvería y allí me contratarían de nuevo, pero yo no tenía ni idea de lo que me esperaba.

Según se acercaba la fecha, sobretodo a partir de las 10 semanas, empecé a asumir que sería incapaz de dejar a mi bebé durante 9 horas en una guardería para irme a trabajar (para que sobretodo gran parte de ese sueldo se fuese en pagar la guardería y la plaza de garaje del trabajo...) Y más aún, teniendo en cuenta que el turno que tendría sería de tarde, de 15 a 22. Totalmente inviable con una guardería.

Por lo que la conciliación en mi caso, es imposible. Pero ese no era el mayor problema. El verdadero problema es que NO QUIERO.

No quiero separarme de mi bebé, para que otra persona le cuide, le críe, le vea crecer. Estos momentos, tan mágicos y tan únicos, no se van a volver a repetir, y al fin y al cabo, enseguida empiezan el colegio, por lo que la "loca" idea de no trabajar al principio, al menos el primer año, no me parece tan descabellada.

Pero no todo el mundo opina igual, y hay quienes incluso acusan a quienes decidimos actuar así de tirar por la borda todo lo que muchas mujeres han conseguido luchando durante años. Pero es que tenemos derecho a vivir nuestra maternidad como queramos.

Y no por ello somos menos mujeres, ni unas anticuadas, ni unas mantenidas, ni flojas, ni nada de todo lo que se escucha. Esta semana, alguien se ha atrevido a asegurarme que si no vuelvo a trabajar pronto me voy a convertir en una "cateta" y que no debo creerme "mejor madre" por no trabajar y dedicarme exclusivamente a mi hijo. Cosa que además no es cierta ya que sí estoy trabajando todos los días que libra mi pareja, pero claro, hay quienes no consideran trabajo aquello que no es de lunes a viernes,

Jamás pensé que fuese a ser así. Que la maternidad pudiese cambiar tanto a alguien, o, más que cambiar, ayudar a redescubrirse a una misma. No me considero para nada mejor madre, ni mejor mujer ni nada parecido. Simplemente, mientras la situación lo permita, no veo ningún problema en alargar mi incorporación al trabajo. Al igual que si fuese al revés, y mi pareja fuese quien no tuviese un contrato fijo y yo sí, me parecería igual de válido que él se quedase en casa cuidando del peque.

Una vez más, como en todo lo que comento aquí, se trata de respeto. De evitar juzgar las situaciones de los demás, sus decisiones y en definitiva, permitir que cada uno viva su vida y su mater/paternidad como desee, acorde a sus creencias y pensamientos que no tienen por qué coincidir con los nuestros.

Porque al fin y al cabo, se trata de trabajar para vivir, y no vivir para trabajar.

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